Día 1: Sevilla (Plaza de España, Torre del Oro y Triana)

Llegábamos a Sevilla el Viernes día 8 de Septiembre por la mañana después de estar toda la noche de viaje desde Zaragoza.

Una vez que nos instalamos en el apartamento (os dejo el link de su reseña) decidimos ir a comprar algo para comer al mercadona que teníamos cerca.

Comimos pronto en el apartamento y decidimos dormir un rato para aprovechar bien la tarde ya que estábamos muy cansados después del largo viaje.

Una vez que habíamos repuesto las fuerzas comenzó nuestra aventura por Sevilla.

Cogimos el autobús y nos bajamos en la parada de puerta de Jerez, esta seria nuestra parada para todos los días.

Desde aquí nos fuimos dando un paseo hasta la Plaza de España.

Conjunto arquitectónico encuadrado en el parque de Maria Luisa y que configura uno de los espacios más espectaculares de la arquitectura regionalista.

A nosotros nos pareció impresionante, quizá el lugar que más nos gusto de la ciudad, o igual fue porque fue el primero que visitamos y nos dejo con la boca abierta.

Tiene un lago donde puedes pasear en barca, eso si nada barato, unos puentes preciosos y las carrozas de caballos paseando por su plaza, además de que en ese momento había un grupo bailando y cantando sevillanas, un momento totalmente idílico.

Además esta plaza es famosa por ser donde se encuentran los bancos con los nombres de todas las ciudades y ahí estaba todo el mundo buscando el de su ciudad y por supuesto nosotros no podíamos ser menos y tuvimos que hacernos una sesión de fotos con el banco de Zaragoza.

Desde aquí fuimos dando un paseo pasando por la antigua Real fabrica de tabacos, un edificio precioso pero que solo vimos por fuera y nos sentamos creo que era por la calle San Fernando a tomar nuestra primera cervecita bien fresquita de Sevilla.

Continuamos nuestro paseo de nuevo hacia la Puerta de Jerez. 

 Es el acceso natural a la zona monumental de la ciudad, donde desemboca la Avenida de la Constitución y la calle de San Fernando. 

También tiene acceso directo al río a través de los jardines de Cristina, el Paseo de Cristina y la calle Almirante Lobo. Desembocan también aquí la Avenida de Roma y la calle San Gregorio.

Hoy en día es casi en su totalidad una zona peatonal, con la excepción de su extremo sur y con el paso del tranvía.

Preside el centro de la plaza la fuente dedicada a Sevilla, obra de Manuel Delgado Brackembury de 1929. 

Desde esta plaza si comenzamos a caminar por la calle Almirante Lobo ya podemos observar otra de las maravillas que tiene Sevilla y es su Torre del Oro. 

Se trata de la torre defensiva que defendía la ciudad de los ataques por el río Guadalquivir.

Aunque nosotros no lo hicimos, se puede visitar:

Horario

Lunes - viernes: 9:30 - 18:45 h. Sábado y domingo: 10:30-18:45h. Festivos: cerrado.

Precio

Precio: 3€; 

1.5€ estudiantes, niños 6-14 años, > 65-pensionistas, grupos. 

Gratis < 6 años y minusválidos. Gratis: Lunes. Audio guía 2€

Seguimos paseando por la orilla del río Guadalquivir, algo realmente precioso con el atardecer de fondo, al lado derecho vimos la Plaza de toros de la Maestranza, aunque bastante de lejos porque preferimos seguir por la orilla del río disfrutando de sus magnificas vistas.

Por aquí llegamos hasta el Puente de Triana. Su nombre es puente de Isabel II aunque popularmente se le conoce como el de Triana.

Une los dos frentes urbanos que mantienen el Arenal y Triana sobre el río Guadalquivir.

Cruzamos este puente, no sin antes hacernos un millón de fotos y alguna de ellas con anécdota que podéis encontrar en mi Instagram.

Llegamos al barrio de Triana, el barrio más tradicional e importante de Sevilla. 

Estuvimos dando una vuelta por su calle peatonal y veíamos como las terrazas estaban ya llenas de gente cenando, con lo que nos entro un hambre... decidimos que era hora de buscar un sitio para cenar.

Nos adentramos en la Calle Betis esperando encontrar algún restaurante y aunque si había, no se ajustaban ni a nuestros gustos ni a nuestro bolsillo, por lo que caminando caminando llegamos al Puente de San Telmo, así que decidimos cruzarlo a ver si al otro lado del río encontrábamos algo.

Desde este puente tenemos unas vistas preciosas del Puente de Triana y del barrio que lleva su nombre.

Una vez de nuevo en la calle Almirante Lobo encontramos el restaurante Aguador Puerta de Oro (Link donde comer en Andalucía)

Después de cenar volvimos a coger el autobús de vuelta al apartamento, tocaba descansar, el primer contacto con Sevilla nos había encantado y al día siguiente queríamos exprimirlo al máximo.