Día 7: Washington

14 - Enero - 2016

 Hoy nos tocaba madrugar más que ningún día, nuestro autobús hacia Washington salía muy temprano. 

Como ya os había comentado en la entrada de los preparativos del viaje, los billetes los compramos por adelantado en la web de Megabus.


Estos autobuses salen desde la W34th St, entre la 11th y la 12th, os dejo la situación en el mapa.

Así que cogimos el metro de la Línea azul con dirección Down Town y nos bajamos en la parada de 34St Penn Station. Todavía de noche no había ni un alma en el metro sólo los trabajadores más madrugadores y nosotros claro!

El viaje en autobús duró unas 4 horas y media, ya no sentía las piernas y aún nos quedaba la vuelta!!!

Antes de empezar a contaros nuestra visita a Washington os quiero decir que si tenéis bastantes días y os apetece ir a la capital porque realmente os hace ilusión podéis hacerlo pero si contáis con el tiempo justo os recomiendo que disfrutéis todo lo que podáis de Nueva York ya que para mi Washington fue una decepción, no se si realmente es porque me esperaba muchísimo más pero saliendo de la zona de turismo que tampoco es tan extensa, no hay nada más.

Y después de dejaros mi humilde opinión os cuento nuestra experiencia.

Llegamos a Union Station en Washington, es cierto que es una estación muy bonita y se nota que tiene su historia, aquí llegan tanto autobuses como trenes y metro.

A la salida de la estación, nos sorprendimos del buen día que hacía, y pensar que una semana más tarde estarían totalmente cubiertos de nieve, menos mal que ya estábamos a buen recaudo en casa.

Si continuamos recto y atravesamos el parque, además de encontrar bonitas ardillas, llegamos a la plaza del capitolio, ese que siempre destruyen en las películas y debe ser que en la realidad debe estar también un poco deteriorado porque estaba totalmente tapado con andamios, y por lo que he leído de otros viajeros lleva así bastante tiempo, aquí empezó mi decepción, algo que tanta ilusión me hacía ver y encontrarlo así hace que pierda todo su encanto.

He de decir que se pueden realizar visitas guiadas desde las 8:30h hasta las 15:30h, aunque nosotros no la hicimos. Pero si os interesa hacerla tendréis que acceder al Centro de Visitantes que se encuentra bajando unas escaleras junto al edificio del capitolio.

Tras ver el capitolio, la siguiente visita es el National Mall, una explanada ajardinada que se encuentra justo en la parte de atrás del capitolio y que llega hasta el Obelisco o monumento a Washington, esta zona de parque también la encontramos en obras...

A ambos lados de estos jardines encontramos una cantidad considerable de museos y casi todos con entrada gratuita, si tenéis tiempo podéis visitar algunos como el Museo del aire y del espacio, que contiene la mayor colección de aviones y naves espaciales del mundo, si vais con el tiempo justo tendréis que seleccionar el que más os apetezca ver.

Después de recorrer los 3 km de National Mall llegamos hasta otro de los monumentos más significantes de Washington, el Obelisco, se puede subir hasta arriba del todo pero hay que reservar por Internet con anterioridad o llegar a primera hora de la mañana y hacer una gran fila.

Después de rodear el.monumento, bajamos la explanada y cruzamos la calle para llegar al Monumento Nacional de la Segunda Guerra Mundial, construido en el año 2004. Es una de las zonas que más me llamo la atención, podemos encontrar un memorial de los distintos estados que participaron en la guerra.

Si seguimos avanzando nos encontramos con la Reflecting Pool, que es la que llega hasta el famoso monumento de Licoln, y en nuestra visita estaba completamente helada, es una de las imágenes más famosas de esta ciudad con el obelisco al fondo y lugar famoso gracias a la película Forrest Gump.

Para mi lo que más me gusto en esta visita fue llegar a las escalinatas donde llegas al monumento a Abraham Lincoln , albergado dentro de un templo estilo griego , al cual entrar es totalmente gratuito.

Para mi estar ahí arriba a parte de la historia que tiene este lugar y sobre todo también por las vistas que se pueden ver desde aquí fue lo mejor de Washington.

Si vamos a la parte de atrás del monumento podemos continuar la visita cruzando el inmenso puente de Arlington para visitar el famoso cementerio, donde se encuentran las tumbas de todos los militares estadounidenses que fallecieron en las distintas guerras en las que participó Estados Unidos.

De aquí lo que más destacaría es la tumba del presidente Kennedy y su familia junto a la cual permanece siempre encendida una llama.

Por último nos quedaba por ver la Casa Blanca, y la caminata desde donde estábamos hasta allí fue bastante pesada, ya que había que volver justo hasta el Obelisco y después girar a la izquierda.

Una vez que llegamos me lleve otra decepción ya que aunque sabía que sólo podemos ver la casa desde la verja, está vez no sé si es que la familia de los Obama se encontraba dentro no te dejaban ni acercarte a la valla, las fotos las tuvimos que hacer desde el otro lado de la calle. 

Después de ver lo poco que pudimos de la famosa casa del presidente decidimos adentrarnos un poco más en la zona centro de Washington y buscar un sitio para comer y aunque nos costo al fin encontramos un restaurante donde hacían unas pizzas espectaculares y puedes coger por raciones de distintos gustos. Aunque no recuerdo el nombre, se encuentra un poco antes de adentrarnos en la zona del barrio chino.

Una vez habíamos descansado, pensé pasar el resto del tiempo que nos quedaba visitando el barrio chino y comprando algún recuerdo de esta ciudad, ilusa de mi, porque aquí me lleve el último chasco, es el peor barrio chino que he visto en mi vida, y encima sólo encontramos una pequeña tienda con 4 cosas de recuerdos en la que pude comprar 2 imanes por sólo 5$ (entiéndase la ironía)

Una vez acabado nos quedaban aún 4 horas para coger el autobús de vuelta a Nueva York, ya que lo habíamos cogido tan tarde pensando en poder verlo todo tranquilamente, al final decidimos que eran demasiadas horas para quedarnos allí y volvimos a Union Station donde por suerte por un coste adicional pudimos adelantar los billetes y así por lo menos llegar a Nueva York y descansar.

Lo dicho no me arrepiento de haber ido a Washington ya que todas las experiencias son positivas pero realmente no fue lo que esperaba.